«Cuatro días sin agua, ¡esto no puede seguir así!», (Isabel, vecina de Costa Esperanza). «Las calles están a la miseria, pero claro, el delegado termina de trabajar y se va a su casa en Cipolletti», (Oscar, vecino del B° Muten I). «Hace seis años que vivo acá y nos tienen a las vueltas con la regularización de la luz» (Claudia, vecina de La Ruca B). «Ahora quieren venir a desalojarnos por las líneas de inundación» (Cristina, vecina de Puente Santa Mónica). «Cipolletti nos quiere relocalizar sin consultarnos porque estamos en un cañadón» (Viviana, vecina de Costa Esperanza). «Lo que quieren es corrernos de la costa para hacer un camping privado donde nosotros estamos» (Carlos, vecino de Puente Santa Mónica).
Seguramente si vivís en Las Perlas sentís que alguna de estas frases un poco de representa. Y probablemente también sientas que estás de acuerdo con la conclusión que suele sacarse después de alguno de estos reclamos: «la autonomía de un gobierno propio nos permitiría resolver esto» (a menudo contando con la supuesta financiación de «los millones que nos corresponderían por las regalías del Chocón» como «cabecera del Departamento El Cuy»: dejamos este tema pendiente para un próximo artículo).
En las redes de Las Perlas nadie, o casi nadie, parece creer que la subordinación administrativa a la Municipalidad de Cipolletti sea una manera adecuada para gestionar la necesidad de servicios públicos de las cuatro mil familias (aproximadamente) que viven en la localidad. Modificar esta condición es algo que solo se puede lograr consiguiendo que Balsa Las Perlas sea reconocida como alguna de las tres categorías de organización autonómica que establece la Constitución Provincial: Municipio, Comuna o Comisión de Fomento. Vamos a analizar en detalle estas dos últimas alternativas, que en ocasiones son presentadas como las más factibles para conseguir la autonomía perlense en el corto plazo.
¿Comisión de Fomento de Balsa Las Perlas?
Balsa Las Perlas fue una Comisión de Fomento entre 1986 y 1989, pero esos tres años de reconocimiento autonómico apenas dejaron más que la anécdota para la historia de la localidad. Osvaldo Álvarez Guerrero, el primer gobernador de Río Negro desde la recuperación democrática, firmó el 5 de junio de 1986 el decreto provincial N° 930 para crear «en el paraje Las Perlas una Comisión de Fomento que funcionará conforme al régimen establecido en la Ley Nº 643».
¿Cómo era el funcionamiento de las Comisiones de Fomento antes de la reforma constitucional de 1988? El Art. N°9 del decreto reglamentario de la mencionada Ley N° 643 es muy claro en lo que respecta a la autonomía: «las Comisiones de Fomento serán consideradas a todos los efectos, como organismos dependientes del Gobierno Provincial». En otro apartado las ubica bajo la órbita del Ministerio de Gobierno de la Provincia. No tenían más atribuciones que las que les delegaba el ejecutivo provincial y sus autoridades eran designadas por decreto y no elegidas por voto popular. ¿Eso es lo que se propone como un avance para nuestra autonomía ciudadana?
El decreto de Álvarez Guerrero fue derogado en 1989 por otro decreto, firmado por el Gobernador Horacio Masaccesi, y la Comisión de Fomento del Paraje Las Perlas pasó a la historia sin dejar mucho material para la crónica pero sí para inspirar cierta charlatanería autonomista que aún hoy podemos escuchar.
Tras la reforma constitucional de 1988 la ley de las comisiones de fomento tuvo que ser modificada. La actual Ley N° 5352, sancionada en 2019, establece que «Las Comisiones de Fomento tienen carácter de delegaciones del Poder Ejecutivo en la jurisdicción en que actúan» y que «el Poder Ejecutivo asigna jurisdicción a cada Comisión de Fomento, las que no pueden abarcar zonas dentro de los límites de los actuales ejidos municipales». Cualquier intento de restauración de una Comisión de Fomento para Las Perlas debe entonces primero modificar la ley actual para permitir su creación dentro del ejido de la Ciudad de Cipolletti.
¿Comuna municipal de Balsa Las Perlas?
El 15 de diciembre de 1989 se aprobó la Ley 2353 que regula la orgánica de municipios y comunas y establece las condiciones para su creación y reconocimiento. Es la norma que ordena el funcionamiento de las Comunas y de aquellos municipios que aún no han dictado su propia Carta Orgánica.
El artículo 3° de la Ley suena prometedor, ya que deja a la iniciativa del Poder Ejecutivo la creación de las comunas. Sería cuestión de poder influir en la primera magistratura de la provincia para que ordene que Las Perlas sea reconocida como una comuna y ya estaría a nuestro alcance la deseada autonomía. Parece que quienes impulsan esta salida no profundizaron en la lectura de los artículos siguientes, donde se establecen dos cuestiones fundamentales que impiden esta solución para Balsa Las Perlas.
En primer lugar la cantidad de habitantes: la figura comunal puede ser adoptada por agrupamientos poblacionales «de hasta dos mil habitantes». Para cuando se sancionó la ley de las comunas hacía rato que Las Perlas había superado ese límite. En segundo lugar, y al igual que para las Comisiones de Fomento, está la restricción de no ocupar el territorio ya asignado a un ejido municipal porque «no podrá segregarse parte de un municipio para constituir una comuna». Nuevamente el «camino más rápido» que proponen ciertas voces requiere sí o sí la modificación de una ley en la Legislatura Provincial.
En resumen, ni la comuna ni una comisión de fomento son alternativas válidas para la autonomía de Balsa Las Perlas. ¿Es que no podemos hacer nada? ¡De ninguna manera! La solución que necesitamos está prevista en la misma Ley de Municipios: es el camino de la segregación territorial para constituir el nuevo Municipio de Balsa Las Perlas con una nueva configuración a partir de la separación de parte del territorio del ejido de Cipolletti para constituir nuestra propia administración municipal autónoma. La ley establece los pasos a seguir y es el tema que vamos a desarrollar en el próximo artículo.