Los datos ya están sobre la mesa, pasaron las elecciones y se terminaron las especulaciones: es el momento de los balances y las interpretaciones que se pueden hacer a la luz de los resultados que lograron las diferentes fuerzas políticas a nivel provincial y en las distintas localidades.
Alberto Weretilneck ganó con comodidad en casi toda la provincia. Aníbal Totoriello hizo una muy buena elección y lo venció en la Ciudad de Cipolletti. La alianza del oficialismo con el sector del peronismo que responde al Senador Martín Doñate no fue determinante (JSRN ganaba aún sin necesidad de los votos de la colectora) pero sirvió para que el justicialismo no sea segunda fuerza con un candidato propio.
Silvia Horne logró aglutinar un espacio identificado con el gobierno nacional que logró meter cinco bancas en la Legislatura con la Alianza Vamos con Todos y conduce la tercera fuerza de la provincia. El peronismo alineado tras Gustavo Casas no alcanzó a superar el piso del 5% y quedó fuera del reparto de escaños provinciales.
Ariel Rivero al frente de Primero Río Negro logró dos bancas y de esa forma el espacio que se referencia en Javier Milei consiguió hacer pie en la Legislatura rionegrina. Somos Unidad Popular, el Frente de Izquierda, Podemos Proyectar Río Negro y el Nuevo Mas quedaron también por debajo del 5% e incluso por detrás de los votos en blanco, que junto a los votos impugnados sumaron un impactante 7,4%.
¿Y en Las Perlas?
Balsa Las Perlas una vez más votó de manera distinta que Cipolletti (otra muestra de que no sólo la distancia geográfica marca que no es una comunidad integrada a la ciudad de la que depende por un capricho legislativo cada vez más alejado de la realidad). Weretilneck logró su primer triunfo como candidato con su propio partido en Las Perlas (antes había ganado dentro del Frente Para la Victoria como compañero de fórmula de Carlos Soria en las provinciales de 2011 y consiguió la victoria para Claudio Di Tella en las municipales de 2019 pero sin figurar en la boleta).
¿Cómo se explica el triunfo del oficialismo en una localidad a la que la gestión municipal no pudo resolverle sus problemas de fondo y la provincia no le aportó más que unos camiones de leña durante el invierno pasado y en la que el principal candidato no ha demostrado voluntad para cumplir su promesa de autonomía municipal formulada en 2010 y repetida varias veces desde entonces? Hay que adjudicarle el mérito al trabajo de Carlos Aimasso, que si bien durante su más que prolongada gestión como Delegado Municipal no consiguió ni ordenar la recolección de residuos ni regularizar el servicio de agua ni alumbrar las calles o entregar aunque sea las tenencias precarias que anunció en 2022; sí se las ingenió para comprometer a 191 vecinos para que acompañen la candidatura de Wertilneck y a 257 voluntades para que respalden a Rodrigo Buteler en la Intendencia.