Graciela vive en el barrio NyC y sostiene que desde octubre el servicio de recolección de residuos va de mal en peor. Actualmente no se sabe qué días puede llegar a pasar ni en qué horario. La basura queda en los canastos a merced de los perros que rompen las bolsas y desparraman el contenido. El viento completa la tarea esparciendo la basura por toda la localidad. Esta acumulación de residuos genera focos infecciosos e incluso contamina el río.
Para completar el cuadro negativo, de acuerdo a la vecina el delegado municipal Carlos Aimasso no responde a los pedidos de los vecinos y no se informa con antelación cuándo serán los recorridos. Cansada de «usar las bolsas de basura de almohada» la vecina propone que la comunidad lleve sus bolsas de residuo a la Delegación en forma de protesta. Escucha la entrevista que le hicieron en Radio Universidad Calf.
